
1980
Muere Bill Evans
Fue sin duda el más genial de los pianistas del jazz blanco. Comenzó su carrera a los 25 años, nada más acabar el servicio militar, y en menos de tres años ya había grabado con el gran Charles Mingus. Pero no sólo colaboró con Mingus, también lo hizo con Art Farmer, Lee Konit y Oliver Nelson.
En 1958 la revista especializada Down Beat le había distinguido con el premio al “pianista revelación”. Al año siguiente, depués de que Miles Davis le oyera en su disco con Mingus, le llamó para participar junto a John Coltrane en la grabación de uno de los mejores álbumes de todos los generos y de todos los tiempos: “Kind of blue”.
Finalmente, su encuentro con el baterista Paul Motian y el bajista Scott Lafaro cambió para siempre el trío de jazz, dando protagonismo al bajo y la batería junto al piano.
No sería su último trío, pero, junto a él, creó piezas tan hermosas como “Waltz for Debbie” que acabaría por recrear para la guitarra flamenca el guitarrista español Niño Josele.
Bill Evans había nacido en Nueva York el 16 de agosto de 1929 y es uno de los pocos pianistas de los que puede decirse que tienen por herederos de su escuela a genios como Keith Jarret, Chick Corea, Brad Mehldau o Herbie Hancock.
Hombre de una sensibilidad especial estuvo retirado más de un año cuando su contrabajista Scott Lafaro murió a los 25 años.
Reemprendió su actividad, rehizo su trío y grabó en los más diversos formatos, incluso al servicio de cantantes, como fue el caso de los dos álbumes que grabó con Tony Bennett, con los que ganaron el grammy.
El 15 de septiembre de 1980 murió en Nueva York de una hemorragia consecuencia de los trastornos hepáticos que padecía por el consumo de heroína y cocaína.

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